Herrera, F. (2015) (ed.). La formación del profesorado de español. Innovación y reto. Difusión, 155 páginas.
La formación del profesorado de español como lengua extranjera (ELE) ha experimentado un desarrollo notable en décadas recientes, marcando hitos significativos en la enseñanza de esta lengua en diversos contextos globales. Este libro conmemora el trigésimo aniversario de los cursos de formación de profesores de español de International House y nace con la intención de explorar la evolución de la formación del profesorado de ELE y su impacto en la enseñanza en diversos contextos globales. Por cuestiones de espacio, me he limitado a analizar únicamente los primeros cinco capítulos, los cuales considero especialmente interesantes debido a su enfoque en aspectos fundamentales de la formación del profesorado de español como lengua extranjera.
En el prólogo, Martín Peris destaca la relevancia de analizar la identidad de la formación del profesorado de ELE, surgida de la colaboración entre diversos agentes y la integración de tecnologías en la enseñanza. La introducción, a cargo de Dykes, ofrece una visión retrospectiva sobre el origen de los cursos de formación en International House, consolidándose como referentes en la formación de profesores de ELE. Herrera, coordinador del libro, destaca la importancia de plasmar la evolución de la didáctica del español y su contribución vital a la enseñanza de segundas lenguas. Herrera plantea la obra como un espacio de diálogo y reflexión que trasciende las páginas, animando a los lectores a continuar la conversación en su práctica diaria y en los numerosos debates que surgen en el ámbito académico y profesional.
En el primer capítulo, “De la provisión de servicios a la creación de experiencias: la necesidad de un nuevo marco para la enseñanza y el aprendizaje (de lenguas) en el siglo XXI”, Trujillo aborda aspectos fundamentales relacionados con la revolución educativa y la digitalización. En este contexto, se explora la necesidad imperante de redefinir la enseñanza y el aprendizaje lingüístico para adaptarse a la Sociedad-Red. El autor destaca la influencia palpable de la digitalización en la interacción estudiantil y cómo los estudiantes se relacionan con la información. Adicionalmente, Trujillo examina de manera crítica la propuesta del Foro Económico Mundial y señala la participación activa de grandes corporaciones en la toma de decisiones educativas. Este análisis enriquece la comprensión de la relación compleja entre la esfera educativa y los intereses corporativos. Asimismo, el capítulo destaca la transición hacia la creación de experiencias memorables de aprendizaje. El autor introduce la noción de una “pedagogía orgánica,” la cual propone un enfoque centrado en el estudiante y la construcción de experiencias auténticas.
Por otro lado, en el capítulo 2, titulado “Educar a aprender”, se profundiza en la evolución del papel del profesor en la enseñanza de lenguas extranjeras, específicamente en el aprendizaje del español. Alonso comienza el capítulo cuestionando si el cambio en el papel del docente se debe a los recursos disponibles en la actualidad o a una transformación en el rol del alumno. Este planteamiento ofrece una perspectiva reflexiva sobre la dinámica cambiante en el aula. Además, el capítulo examina de forma efectiva la transición histórica desde un enfoque predominantemente receptivo del discente hasta la actual importancia otorgada a la participación activa del estudiante. Este análisis histórico contextualiza la transformación en el papel del profesor y sugiere una conexión profunda con la evolución de la pedagogía. La autora destaca la influencia continua del docente, subrayando su papel esencial en la guía y el andamiaje, a pesar del impacto de las tecnologías educativas.
El tercer capítulo (“Las competencias del aprendiente y el profesor”) se sumerge en la compleja temática de las competencias del aprendiente y del profesor en el contexto de la enseñanza del español. Desde el inicio, sus autoras, Ortiz y Alonso, plantean preguntas esenciales derivadas del Marco común europeo de referencia (MCER), proporcionando un marco teórico sólido con claridad para el análisis posterior. Desde la perspectiva de los aprendientes, el capítulo aborda la necesidad de dominar las competencias comunicativas, expandiéndose más allá de los conocimientos gramaticales y sociolingüísticos. Este enfoque en las competencias comunicativas destaca la importancia de la comunicación efectiva en el proceso de aprendizaje del español. De igual modo, las autoras reflexionan sobre las competencias existenciales del profesor, subrayando la importancia de la flexibilidad, la adaptabilidad y la capacidad de aprendizaje bidireccional en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En cuanto al capítulo 4 (“¡No gramatices! Por qué hay que analizar la lengua en el aula de español”), las autoras, González y Cabot, abordan la percepción y enseñanza de la gramática en el aula de español. Desde el principio, comparten experiencias vividas durante un curso de español general, donde los estudiantes expresan su interés predominante en la gramática. Este enfoque basado en experiencias concretas conecta al lector con la realidad del aula. Las lingüistas también destacan la importancia de comprender las creencias arraigadas de los estudiantes sobre la gramática. Este reconocimiento de las creencias establece una base sólida para el cambio propuesto en el capítulo. Se explora la gramática como una herramienta contextual inseparable del significado, abogando por un cambio en las percepciones arraigadas. El capítulo concluye ofreciendo sugerencias prácticas para la enseñanza de la gramática, enfatizando de manera concisa la importancia de la reflexión activa del estudiante en el proceso de aprendizaje gramatical.
Por último, en el quinto capítulo, “De la actividad a la tarea y de la tarea al aprendizaje”, se analiza la evolución de las metodologías en la enseñanza de ELE. Desde el inicio, Sarralde explora la transición desde modelos estructurales en manuales de ELE hasta el enfoque orientado a la acción en los años 70. Este análisis histórico proporciona nítidamente una perspectiva contextual sobre la evolución de las metodologías en la enseñanza de ELE. El enfoque central del capítulo gira en torno a cómo las tareas en el aula pueden guiar a los estudiantes hacia un aprendizaje más significativo y eficaz. Esta conexión entre las tareas y el aprendizaje destaca la relevancia pedagógica de la elección y el diseño de tareas efectivas. La autora utiliza ejemplos concretos, como la organización de concursos, para ilustrar la implementación práctica de tareas en el aula. Se destaca la diversidad de tareas propuestas, enfatizándose la integración de destrezas lingüísticas y metacognitivas.
La formación del profesorado de español. Innovación y reto se erige como una obra conmemorativa y reflexiva, que describe de manera completa la evolución de los últimos 30 años en la enseñanza del español como lengua extranjera. Todos los capítulos aportan perspectivas únicas y valiosas, construyendo un panorama integral que abraza la innovación y resalta la importancia continua de mejorar la educación lingüística. Desde la profunda reflexión sobre el cambio paradigmático en la educación hasta la redefinición del papel del profesor como guía en un entorno digital, el libro ofrece una visión comprensiva y enriquecedora. Celebra logros pasados con una mirada crítica hacia el futuro, fomentando la inspiración y el desarrollo continuo en la enseñanza del español.
