Este trabajo ofrece una posible explicación al fenómeno del reggaeton a través de un recorrido por la historia del género, el análisis de cuatro de las canciones más populares en la actualidad desde una perspectiva de género y la revisión del reggaeton desde la producción musical.
Se ha decidido adoptar la ortografía “reggaeton” frente a otras (reggaetón, reguetón, regeton) para “enfatizar el carácter transnacional y multilingüe del género” (Duany, 2010, p. 183). El reggaeton es un género musical que fusiona los elementos del dancehall y reggae con letras en español. Surgió como un movimiento clandestino a finales de los años 80 e inicios de los 90 en Puerto Rico de forma independiente de la industria de la música.
Pedro Gerardo Torruellas, también conocido como “DJ Playero”, fue un pionero en la creación de mezclas de reggaeton y grabó con artistas locales como El General y Daddy Yankee. En el año 1995, la policía de Puerto Rico censuró el reggaeton por considerarlo obsceno. Esto llevó a los artistas a adaptar sus letras para evitar problemas legales, dando origen al concepto de clean lyrics (en español, “letras depuradas”), que convirtió al género en un éxito comercial. De ahí surgieron canciones como Bomba para afincar de Vico C y Gasolina de Daddy Yankee.
La llegada del reggaeton trajo consigo el perreo, que provocó la creación de una campaña liderada por la entonces senadora de Puerto Rico, Velda González, contra la supuesta influencia nociva del género musical en la juventud. El resultado de esto fue una mayor depuración del género. En consecuencia, el reggaeton evolucionó su expresión, tanto visual como lírica, cambiando lo literal y vulgar por algo más creativo y artístico. Asimismo, el género logró trascender fronteras y se volvió internacional, fusionando a su vez el español con el inglés.
A pesar de su origen latino en Panamá y Puerto Rico, el reggaeton también creció en las calles de Nueva York, debido principalmente a la presencia de comunidades hispanohablantes en la ciudad. Así, dos de los grandes representantes del género son Ivy Queen (puertorriqueña) y Vico C (neoyorquino), considerado por muchos como el padre del reggaeton.
En los 2000, el reggaeton tuvo un gran éxito a nivel comercial y abandonó la clandestinidad, lo que provocó que la producción de canciones se fragmentara en letristas, cantantes, MCs (del inglés Master of Ceremony, en español maestro de ceremonia), quienes componen las rimas, y productores, los encargados de crear los ritmos.
En la actualidad, artistas como Yandel, Anuel AA o Rosalía han sido pioneros en fusionar los géneros del pop, trap y la música electrónica con el reggaeton para dar lugar a ritmos únicos que dan vida al género actual. Por otro lado, el reggaeton ha llegado incluso hasta países anglosajones, los cuales han incorporado las raíces del reggaeton y el dembow a sus canciones como es el caso de Shape Of You de Ed Sheeran (Carvalho, 2024).
Para el análisis de los roles de género en las canciones hemos escogido cuatro canciones representativas del mismo: China de Anuel AA, Daddy Yankee, Karol G, Ozuna y J Balvin (en adelante, A); Cuatro Babys de Maluma, Trap Capos, Noriel, Bryant Meyers y Juhn (B); Sin Pijama de Becky G y Natti Natasha (C); y Tusa de Karol G y Nicki Minaj (D).
Uno de los temas que se repite con más frecuencia a lo largo de varias de las canciones es el de la mujer como el binario santa-bruja. La mujer perfecta y la que tienta al hombre. En A, cada mujer representa un extremo del binario. La pareja del protagonista es la santa, quien se preocupa por él: “Mi mujer me estaba llamando”, mientras que la otra mujer es la villana, a quien el “narrador” acusa de seducirlo: “Me provoca”, “villana, tú me hiciste caer”. El narrador describe a ambas mujeres exclusivamente en estos términos, probablemente porque no concibe otra forma de percibir a la mujer que no sea a través de este binario. Sin embargo, en C, la mujer es a la vez santa y villana. La narradora reclama este binario y lo hace suyo: “Siempre he sido una dama / Pero soy una perra en la cama”. Y en D observamos que la mujer ya no quiere interpretar el papel de santa: “Se cansó de ser buena / Ahora es ella quien los usa”. Por lo tanto, el concepto de santa-bruja entendido como un binario es exclusivo de las canciones masculinas, puesto que las cantantes prefieren reimaginar este binario desde su perspectiva femenina.
La infidelidad es otro tema recurrente en A y B. “Mi mujer me estaba llamando / Pero yo no contesté / Porque yo estaba contigo perreando / Y de ella me olvidé” canta Anuel AA en A. En B, Maluma dice “Dos son casadas […]”, “Y ninguna de las dos al marido respetan”. Asimismo, en A, el narrador se exime de toda responsabilidad alegando que es culpa del alcohol, “Y yo me emborraché / Y de ti me olvidé”, y de la otra mujer, “No me eche’ la culpa, cúlpenla a ella”. En ambas canciones, es la mujer la culpable de la infidelidad y no se contempla la posibilidad de que el hombre sea también parcialmente responsable.
Por el contrario, en C y D se prefiere dar el protagonismo al empoderamiento femenino, con letras como “Nadie te lo hace mejor que yo” y “Perdemo’ el control pa’ ganar los do’” en C, o “Que porque un hombre le pagó mal / Ya no se le ve sentimental” en D. Además, en ambos casos, las relaciones amorosas y sexuales son recíprocas y consensuadas, mientras que en A o en B la mujer no tiene poder de decisión: “Chingan cuando yo le’ digo / Ninguna me ponen pero’”.
Aunque varios de los temas que hemos analizado se repiten en todas las canciones, las mujeres “integran en su discurso los mismos constituyentes del género que se habían aducido hasta el momento para los hombres”, pero afrontan estos mismos constituyentes de manera muy distinta” (Pérez, 2024).
Las canciones de reggaeton siguen un formato fácilmente diferenciable de otros géneros musicales. “A nivel sonoro, lo que mejor representa al reggaeton es la base rítmica de dembow, […] caracterizado por una determinada combinación de kick y snare […] sobre [la] cual se construye el resto de la canción […]” (Arias, 2020, p. 135). Curiosamente, este ritmo, criticado en parte por su carencia de originalidad, resulta muy llamativo para nuestros oídos y cerebro. Varios ensayos de neurociencia han corroborado que el reggaeton es el género musical que más potencia la actividad cerebral (Bisbe, 2021). No solo activa las zonas auditivas que procesan el sonido, sino también “las motoras […] y, sorprendentemente, los ganglios basales, encargados de modular el movimiento y las respuestas relacionadas con el placer […]” (Benaamari, 2024). Es decir, por defecto, el ritmo clásico del reggaeton estimula nuestro cuerpo y alienta una reacción motriz: el baile.
Si bien es cierto que, en primera instancia, la letra de una canción de reggaeton parece ser lo esencial, en realidad hay otros elementos que cobran una mayor importancia. Una encuesta dirigida a adolescentes españoles revela el siguiente orden de preferencias: “el ritmo (X̅ = 3.99), el ambiente festivo y la diversión (X̅ = 3.93), la tecnología sonora electrónica (X̅ = 3.62), la melodía (X̅ = 3.31), la forma de bailar (X̅ = 3.10), la voz del cantante (M = 2.91) y en último lugar, la letra (X̅ = 2.51)” (Soler et al., 2022, p. 28). Del mismo modo, el reggaeton tiene una comunidad de oyentes internacional. Ha adquirido gran fama en lugares donde el español no es la primera lengua y, por lo tanto, no se entiende la letra. Así, el reggaeton supera las fronteras lingüísticas y demuestra que la letra no es la clave de su éxito.
Por último, el sociólogo Alphons Silbermann afirmó que “la música es un hecho social” (1962, p. 60) y el reggaeton no es una excepción. Gran parte de su atractivo queda ligado al contexto y ambiente en el que se recibe. En el caso de las zonas hispanohablantes, las discotecas y su cultura asociada, potencian en gran medida la recepción del reggaeton y la vinculación de sus oyentes. Son en estas reuniones nocturnas donde la música hace aflorar un elemento emocional que pone en marcha un proceso de conexión entre individuos (Silbermann, 1962). De esta forma, al escuchar reggaeton no solo consumimos la música, sino la experiencia vital que entraña.
A lo largo de este trabajo hemos pretendido dar respuesta a la pregunta: ¿por qué a los jóvenes les gusta tanto el reggaeton? Para ello, hemos hecho un repaso de la historia del reggaeton y una crítica de los roles de género en cuatro canciones representativas. Asimismo, hemos hecho un análisis musical del género para concluir que las letras adquieren un papel secundario en favor del ritmo y el entorno en el que se escucha. El reggaeton trasciende nuestros sentidos, puesto que se trata de un hecho social.