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CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO

Duque Romero, V. S., Rodríguez Rodríguez, D., Sanz Martín, A., Chen, Y., Gutiérrez Cedeño, S. J. (2023, 21 de junio). El poder de las palabras. VIRTUAM. https://virtuam.net/2023/06/21/el-poder-de-las-palabras/

Según Farrington el acoso es la “opresión reiterada, tanto psicológica como física, hacia una persona con un poder menor, por parte de otra persona con un poder mayor” (Farrington, 1993). El acoso puede presentarse de diferentes formas como verbal, física o socialmente. En nuestra sociedad, el tipo de acoso más presente y destacado es el acoso verbal.

El acoso verbal es la conducta violenta y reiterada dirigida a un mismo objetivo por una persona o varias personas. Se incluye el uso de palabras, gestos corporales o tonos de voz peyorativos, denigrantes o amenazantes. Puede causarse por diversos motivos como la discriminación de etnia, orientación sexual, religión, discapacidad, aspecto físico, etc.

Esta manifestación de intimidación se produce en el ámbito académico, laboral (mobbing), doméstico, callejero y social. Según Dan Olweus, un psicólogo especializado en el acoso escolar: “Un estudiante es acosado o victimizado cuando está expuesto de manera repetitiva a acciones negativas por parte de uno o más estudiantes, sin capacidad para defenderse”. Esta definición puede aplicarse a las demás muestras de acosos.  

Causas del acoso verbal en el entorno laboral, escolar y familiar

Se comete acoso verbal por falta de habilidades sociales. Interfieren emociones negativas como los celos hacia una determinada persona, pudiendo ser la propia pareja o una persona con cualidades destacadas. En muchos casos el origen de estas conductas y actuaciones son los propios problemas internos de la familia del agresor. La causa es el sentimiento de vulnerabilidad por los problemas con los que está lidiando, junto con el hecho de haber sufrido esa violencia doméstica, los agresores pasan a trasladarlo en forma de frustraciones hacia los demás. El acosador vive constantemente con el miedo de sentirse inseguro y harto de su situación personal.

Los acosos verbales son tan habituales porque provienen de personas narcisistas, que se creen de suma importancia, mostrando una total falta de empatía con las personas de su alrededor. Otra de las razones por las que un acosador agrede es porque es egoísta y utiliza la manipulación para influir en la gente de su alrededor. Lo común en los acosadores es su dependencia emocional, enraizada en su personalidad más insegura. Así mismo, su constante miedo al rechazo en todo tipo de escenarios les incita a generar daño a terceros.

La sociedad se limita a observar expectante y, no hacen nada por miedo de ser una futura víctima. Los seres cercanos como la familia o un encargado superior en un entorno laboral y/o escolar deberían detectar temprano los indicios de esta violencia y actuar en su consecuencia. No se puede ignorar que estos comportamientos se repitan constantemente, ya que molestan, excluyen o afectan negativamente al rendimiento laboral, académico o emocional de los afectados.

¿Cómo afecta a la autoestima, a la vida diaria, a las relaciones con los demás y a la personalidad de las víctimas? 

Las personas que han sido acosadas padecen secuelas a corto o a largo plazo. Dependiendo del caso experimentado, estos quedan afectados mentalmente. Tanto en entornos escolares como laborales, las víctimas enfrentan problemas de salud mental, social, emocional y de rendimiento. La depresión es una de las enfermedades más comunes después de experimentar este suceso, causando un estado de ánimo bajo, falta de concentración y pérdida de interés en las actividades diarias o sociales. El acoso puede llevar a la persona a aislarse y que tienda a sobrepensar. Existe un mayor riesgo de suicidio en las personas que lo han sufrido que en las que no lo han experimentado.

Además, la ansiedad es otro trastorno relacionado a este suceso. Puede manifestarse como episodios intensos de miedo repentino conocidos como ataques de pánico, limitando las actividades diarias de la persona afectada. El tipo más común es la ansiedad social, cuando la víctima teme el juicio y la opinión de los demás, evitando las interacciones sociales o ciertos lugares y situaciones. Esto conduce a cambios en la personalidad y en el comportamiento para buscar la aprobación de los demás.

El acoso verbal centrado en el aspecto físico puede conducir a una baja autoestima en la víctima. Los comentarios negativos constantes sobre su apariencia pueden hacer que la persona crea en ellos y busque cambios inmediatos. En algunos casos, el acoso también puede estar relacionado con trastornos alimentarios como la anorexia. La ayuda de profesionales facilita el proceso de recuperación y previene recaídas. Sin embargo, algunas personas continúan lidiando con los traumas del acoso incluso después de mucho tiempo, pudiendo experimentar estrés postraumático.

Cómo prevenir el acoso verbal. Recomendaciones para el agresor y el agredido y cómo mejorar la comunicación entre ambos 

Saber controlar el acoso verbal no es algo con lo que naces aprendido, ni siquiera te das cuenta cuando te conviertes en el acosador o en el acosado. Se proponen los siguientes 3 pasos para poder evitar el acoso verbal:

  1. Hay que tener un ambiente seguro y de confianza para el agredido, así como saber hablarle y escucharle de manera correcta. En estas situaciones es primordial saber cómo arreglar los conflictos y diferencias.
  2. Estos comportamientos tienen que ser detenidos inmediatamente a través de un mensaje en el que se prohíbe este tipo de maltrato. Un oyente que ayude al agredido será de buena ayuda ya que podrá escuchar y entender al agredido.
  3. El oyente tiene que ser de ayuda emocional al agredido mientras que este pone límites, creando un mundo afectivo y acogedor para ambos.

Los acosos verbales irán disminuyendo siempre que se ponga en práctica la comunicación de la mano de los sentimientos, consciencia y empatía. El acoso estrangula y perturba, nadie debería ser acosador y mucho menos acosado. Medina (2021) señala lo siguiente: Las palabras tienen poderes… Hay palabras que hieren, que lastiman, especialmente si son dichas muchas veces por los padres o profesores.

Para la persona agredida, es esencial permitirle expresar sus sentimientos y experiencias relacionadas con el acoso. Los oyentes deben asegurarle que estarán allí para ella, pendientes de su bienestar y dispuestos a hacer lo posible para evitar que vuelva a ocurrir. Esto ayuda a que la persona procese y enfrente su experiencia, estableciendo confianza en los demás y en el entorno en el que ocurrió el acoso. La persona que agrede también necesita apoyo, por lo general, esta tiene problemas para expresarse y recurre al acoso para ejercer poder y establecer alianzas. Hay que ayudarles a mejorar su manera de comunicarse y expresarse, así como hacerles saber el impacto negativo que tuvo su acción.

Pasos para mejorar la comunicación entre agresor y agredido:

  1. Comprender al receptor: el agredido tendrá que escuchar al agresor y entender el por qué de su acoso, mientras que el agresor se dará cuenta de cómo su acoso ha afectado al agredido.
  2. Lenguaje corporal: una posición erguida, contacto visual y un lenguaje corporal relajado ayudará al agresor y al agredido a sentirse cómodos el uno con el otro.
  3. Escucha activa: el objetivo de emplearla es transmitir respeto y atención para quien esté hablando y como consecuencia se establece una mejor relación entre el agresor y el agredido.

Martínez (2022) nos recuerda que:

El abuso verbal, como tipo de abuso emocional, se da en cualquier ámbito y afecta a cualquier persona. En este sentido, es posible que esté presente entre niños, adolescentes, adultos o personas mayores. Además, puede ocurrir en diferentes ámbitos como la pareja, entre amigos, en el trabajo, etc.

Conclusión

En conclusión, el abuso es una forma de violencia que puede tener graves consecuencias para las personas afectadas. El abuso físico, verbal y emocional son las tres formas que hay de abuso que pueden ocurrir en diferentes contextos y ocasiones. Las causas del abuso son diversas, pero es importante trabajar en su prevención a nivel individual y social. Es necesario fortalecer las habilidades emocionales y comunicativas de las personas para que se puedan poner límites a esas conductas abusivas y buscar ayuda en caso necesario. Solo poniendo cada uno un poco de su parte se podría lograr neutralizar estos abusos y crear un ambiente alegre y seguro para todo el mundo.  

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