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¿Qué significa realmente ser bello en un mundo hipnotizado por lo irreal y lo superficial?

por , , , , | Jul 20, 2024 | Sociedad

CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO

De la Cruz Moreno, C., Jurado Moyano, M., Puebla Rodríguez, L., Pérez Iglesias, S., Céspedes Vásquez, M. (2024, 20 de julio). ¿Qué significa realmente ser bello en un mundo hipnotizado por lo irreal y lo superficial?. VIRTUAM. https://virtuam.net/2024/07/20/que-significa-realmente-ser-bello-en-un-mundo-hipnotizado-por-lo-irreal-y-lo-superficial/

El ideal de belleza ha sido un canon ansiado por todas las civilizaciones y comunidades de la historia. Pero, ¿cómo ha ido avanzando este modelo de perfección? A través de pinturas y escritos conocemos cómo los egipcios empleaban maquillaje con fines médicos, al igual que los griegos optaban por hacer deporte y tener una buena alimentación para conseguir simetría y armonía. Las creencias también influyeron en la concepción de la belleza. Por ejemplo, en la Edad Media, se preferían los rostros naturales con aspecto nórdico, aunque se tenía más en cuenta la espiritualidad y bondad que unía a Dios con sus creyentes.

En Oriente se esperaba que las mujeres fueran elegantes con cabello negro y piel pálida, un rasgo que compartían con la Italia renacentista. En esta época los múltiples cuadros creados nos demuestran que un cuerpo redondeado con caderas y pecho era lo que estaba de moda, siempre combinado con cabello rubio y frente alta.

El Barroco fue una etapa de excesos: pelucas para hombres y mujeres, grandes cantidades de perfume, polvos blancos, corsés que impedían respirar, joyas pesadas, maquillajes creados con materiales tóxicos, etc. Todo con consecuencias extremadamente graves para la salud pero que se ignoraban con el objetivo de llegar a los estándares establecidos. Esta situación cambió drásticamente en la época victoriana, cuando las mujeres debían parecer pacientes de tuberculosis para ser consideradas hermosas. Para ello, ingerían vinagre y belladona, que favorecían el deseado aspecto enfermizo y frágil.

En los Estados Unidos en los años veinte, se optó por un estilo juvenil y sin curvas, algo andrógino, con vestidos sueltos y pelo recogido. Todo lo contrario al periodo entre 1930 y 1950, en el cual Marilyn Monroe puso de moda los cuerpos curvilíneos y las cinturas estrechas.

En la actualidad la belleza es un concepto muy subjetivo, ya que hay que tener en cuenta la cultura y la influencia de la sociedad. Tras esto se esconde una gran discriminación, ya sea en el mundo del maquillaje, en el mundo de la moda o en las redes sociales. Desgraciadamente, hay una larga lista de características excluyentes en cuanto a la belleza y sus estándares. La más destacada es el color de piel. Los productos de piel oscura son muy difíciles de encontrar, mientras que los productos de piel clara están más presentes en casi todas las tiendas.

El aspecto físico es otro de los casos más discriminatorios. Existe una polaridad muy visible: está mal visto el uso de tallas grandes, pero también los cuerpos delgados y sin ninguna curva. Por ello, se impuso la talla 90 – 60 – 90, que estandarizaba el cuerpo normativo perfecto. Por otro lado, nos encontramos con una imagen deseada que incluye rasgos simétricos, cabello saludable y cuidado, dientes blancos, sonrisa perfecta, etc.

Además, la discriminación por la edad y el género sigue siendo visible: la juventud es un rasgo de representación e inclusión en la sociedad. Hoy en día los anuncios de productos se enfocan en recuperar esa belleza juvenil perdida con los años. En cuanto al género, este se ve influenciado por las burlas ajenas hacia el sector de la población masculino y transgénero, por la dificultad de buscar algunos productos adecuados y la discriminación que viven día a día en la sociedad actual, respectivamente. A pesar de aconsejar tomar medidas inclusivas en la sociedad y, por tanto, volverla así más diversa y sin valoraciones independientes, se siguen conservando algunas conductas perjudiciales.

Las redes sociales están redefiniendo los estándares de belleza como nunca se había visto. Estas plataformas están saturadas de imágenes donde se acostumbra a favorecer la delgadez extrema, la piel lisa, los rasgos faciales simétricos y la juventud eterna. Las imágenes retocadas y los filtros de belleza contribuyen a la creación de una visión de perfección que genera inseguridades en aquellos que no encajan con los estándares. Consecuentemente, se crea una obsesión por la apariencia física y un ansia por la validación externa.

Los usuarios en redes sociales son en su mayoría adolescentes y jóvenes, quienes pueden sentirse empujados a compararse constantemente con las celebridades, influencers y modelos que ven online, incluso sentirse obligados a seguir las tendencias. Esto hace que, en lo personal, la exposición constante a imágenes idealizadas de belleza pueda llegar a tener consecuencias graves, como los trastornos de la alimentación, baja autoestima, ansiedad y depresión.

La doctora Graziella Moraes, especializada en medicina estética, afirma que la edad de los pacientes ha bajado con respecto a tiempos anteriores: “Antes lo normal era comenzar a hacerse tratamientos a partir de los 30 o 35 años, pero ahora nos llegan muchas consultas, sobre todo mujeres, de entre 18 y 20 años” (Moraes, 2023).

Aun así, afortunadamente, hay una tendencia que va en aumento y que desafía estos estándares engañosos. Muchas personas están empezando a utilizar las plataformas sociales para promover la aceptación del cuerpo, la diversidad y la inclusión. Distintos espacios en internet han sido creados con esta finalidad y en ellos se celebra la belleza en todas las formas, colores, tallas y edades; se oponen al modelo típico y fortalecen y dan voz a aquellas personas que han sufrido algún tipo de exclusión.

En España, las revistas de moda han influido a la hora de crear tendencia. Comenzaron enfocándose en la moda femenina, como en la primera revista española “El Periódico de las Damas” (1821), en la que se aconsejaba a las mujeres sobre estilo, costura y las últimas tendencias.

Por todo el mundo se crearon otro tipo de revistas de moda, como Vogue en Estados Unidos, una de las más influyentes del mundo. Esta revista tuvo una gran polémica en 2017, cuando comenzó a utilizar la palabra “diversidad” para publicitarse. La cuenta oficial de Instagram de la revista publicó una foto en la que aparecía una modelo con un cuerpo no normativo y modelos que no eran de raza blanca. El problema surgió cuando la modelo “curvy” apareció en la foto cubriéndose el muslo, dando la impresión de intentar aparentar que era igual de fino que el de sus compañeras. Además, esta misma modelo vestía de negro, color famoso por estilizar más que los demás, mientras que sus compañeras llevaban la misma prenda, pero de diversos colores. Al ver este revuelo, la misma modelo, Ashley Graham, comunicó que ella posó como quiso y que nadie la obligó a hacer nada y, a pesar de esto, los seguidores (y no seguidores) de la revista no se creyeron estas palabras.

En este caso podemos ver la evolución de las revistas de moda en la sociedad: en el siglo XIX se utilizaban para aconsejar sobre moda, pasaron a mostrar una imagen de cómo debería lucir la mujer “ideal” y, hoy en día, al ver el impacto psicológico que tienen, se intenta vender la moda como una manera de que las jóvenes vean que todo tipo de cuerpos son aceptados por igual y que no hay uno que sea el “ideal”.

Afirmamos que la belleza es subjetiva, pero si es así, ¿por qué se establecen unos estándares concretos con relación a esta, que toda la sociedad pretende seguir? Estas normas han desembocado en el aumento masivo de enfermedades tales como la anorexia, la bulimia, la depresión o el trastorno por atracón. Analizando en profundidad cada una de las anteriores, podemos determinar que estos estándares fijados no son un ejemplo a seguir, ya que la obsesión por conseguirlos conlleva consecuencias negativas para la salud mental y física.

En relación con el aumento de peso surgen enfermedades como la obesidad, el sobrepeso, la diabetes, la hipertensión o la presión arterial alta. Por ello, antes de seguir un modelo de dieta concreto, se debe desarrollar un estándar de acuerdo con nuestra figura corporal y capacidades que no perjudiquen notoriamente nuestra salud. Es de gran importancia conocer y respetar nuestro cuerpo en función de evitar estas consecuencias. Además de ello, contamos con una variedad de tipos de formas corporales y una pérdida de peso específica para cada tipo de cuerpo. Por lo que, antes de realizar cualquier medida imprevista, es necesario consultar toda la información necesaria sobre nuestro cuerpo. La belleza es un término subjetivo, no hay necesidad de establecer por su cuenta un estándar sobre su propio cuerpo.

A lo largo de la historia, los estándares de belleza han evolucionado significativamente, influenciados por diversas culturas y épocas. Desde el maquillaje egipcio y la simetría griega hasta los excesos del Barroco y el ideal curvilíneo de Marilyn Monroe, cada periodo ha tenido sus propios cánones. En la actualidad, aunque la belleza es más subjetiva, todavía existen discriminaciones basadas en el color de piel, la talla y la edad, llevadas al extremo por las redes sociales. Sin embargo, el creciente movimiento hacia la aceptación de la diversidad y la inclusión en los ideales de belleza supone un futuro prometedor hacia la aceptación.

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