El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (DR-CAFTA) entró en vigor para la República Dominicana en 2007. Sus objetivos principales son reducir barreras comerciales mediante condiciones arancelarias preferenciales, facilitar la circulación de mercancías y servicios y aumentar la inversión en los países miembros, mejorar los derechos de propiedad intelectual y establecer lineamientos de cooperación entre los países, según lo definido en su artículo 1,2 (DR-CAFTA).
En años posteriores, diversos estudios han debatido si el tratado ha cumplido con sus objetivos y en cómo ha impactado a la República Dominicana en términos comerciales y productivos. Algunos señalan que, aunque el saldo comercial con Estados Unidos se ha deteriorado, el intercambio bilateral ha favorecido a impulsar el comercio intraindustrial y el desarrollo productivo de la República Dominicana (Calvo Clúa & Cruz Rodríguez, 2016). Otros argumentan que, aunque las exportaciones dominicanas hacia Estados Unidos no han mejorado significativamente, los resultados pudieron haber sido peores de no haberse firmado, dado el aumento de la competitividad de los mercados centroamericanos y globales (Reyes Peguero & Hansen, 2019). En cuanto a la inversión extranjera directa, algunos estudios concluyen que no hay evidencia de un impacto positivo del tratado sobre flujos de inversión hacia la República Dominicana (Pérez Vásquez, 2022).
Para evaluar el impacto del DR-CAFTA en la relación comercial entre República Dominicana y Estados Unidos, este análisis examina su evolución antes y después de la entrada en vigor del tratado, identificando patrones que permitan comprender mejor sus efectos en el comercio bilateral.
¿Ha cambiado el comercio entre RD y EE.UU. con el DR-CAFTA? Un análisis de su evolución.
En primer lugar, las importaciones anuales desde Estados Unidos ascendieron de 3.017 millones de dólares a 13.063 millones, representando un crecimiento del 333,0% entre 1995 y 2023. En cuanto a las exportaciones, estas pasaron de 3.511 millones de dólares en 1995 a 7.277 millones en 2023, para un crecimiento de 107,3% (Gráfico 1), lo que indica que las importaciones crecieron a un ritmo tres veces mayor en términos relativos.
Gráfico 1. Importaciones, exportaciones, balanza comercial entre República Dominicana y Estados Unidos (En millones de dólares USD$ y como % del PIB).

Fuente: Elaboración propia con datos de Naciones Unidas y Banco Central de la República Dominicana.
Antes del tratado, entre 1995 y 2006, el resultado de la balanza comercial para República Dominicana respecto a Estados Unidos era ligeramente superavitario o neutro para la mayor parte de años. No obstante, a partir de 2007, se genera un déficit comercial que se profundiza con el pasar de los años, en línea con el aumento de las importaciones mencionado anteriormente. A pesar de esto, en términos de PIB, el déficit comercial se ha estabilizado, con un promedio de 4,3% del PIB entre 2007 y 2023.
En promedio, entre 2002 y 2006, las importaciones más importantes fueron: máquinas, aparatos y material eléctrico (10,7% del total), reactores nucleares y calderas (10,5%) y vehículos (8,8%) (Tabla 1). Aunque estos productos mantuvieron su relevancia en años posteriores, entre 2007 y 2023, los combustibles y aceites minerales pasaron a ocupar un lugar destacado, representando el 22,4% de las importaciones, seguidos del plástico y sus manufacturas con un 9,6%.
Tabla 1. Productos con mayor volumen de importación promedio por periodo (participación sobre total importado, en %)

Fuente: Elaboración propia con datos de Trademap.
El cambio en la distribución se puede asociar con la entrada en vigor del DR-CAFTA, que permitió desgravaciones arancelarias significativas en productos relacionados con los combustibles minerales y aceites. En algunos casos, los aranceles se redujeron del 3% al 0% de inmediato, mientras que en otros gradualmente del 14% al 0%. Otro factor que incidió en gran medida en este aumento de la importación de combustibles desde Estados Unidos fue la finalización del acuerdo ¨Petrocaribe¨ entre Venezuela y República Dominicana, que le ofrecía a esta última un financiamiento preferencial sobre el petróleo (Periódico El Caribe, 2016). Todo esto, sumado a las crisis institucionales de Venezuela que repercutieron negativamente sobre la producción de petróleo (Merino, 2023), hicieron que República Dominicana diversificara sus fuentes de suministro, encontrando en Estados Unidos un aliado estratégico en este sentido. Esto incrementó la importación de combustible y aceites provenientes de Estados Unidos, que entre 2002 y 2006 representaban apenas un 1,3% de las importaciones.
En cuanto a productos agrícolas, se observó que las importaciones de habichuelas, carnes y productos lácteos presentaron incrementos de las importaciones a medida que se producían las rebajas en las tasas arancelarias, pasando de representar un 0,1% del PIB en 2007 a un 0,4% en 2023 y observándose una correlación negativa alta (-90,7%) entre el promedio las tasas arancelarias y los volúmenes de importación totales para estos grupos. Por otro lado, productos como el arroz, ajo y cebolla muestran una correlación positiva (26,7%), presentando una disminución en sus importaciones, pasando del 0,05% del PIB en 2007 a 0,01% en 2023 (Trademap; Dirección General de Aduanas de la República Dominicana)
Al evaluar en detalle las exportaciones (Tabla 2), en promedio entre 2002-2006 estas se componían principalmente de prendas y complementos (34% del total), perlas finas (11,4%) y máquinas, apartados y material eléctrico (10,3%). Al evaluar el periodo de 2007-2023, estos productos siguen siendo relevantes pero la matriz se ha diversificado, con nuevos productos que experimentaron un crecimiento considerable. Encabezados por Instrumentos y aparatos de óptica (16,5%), además de otros con mayor participación como productos farmacéuticos (3,9%) y plásticos y manufacturas (3,7%).
Tabla 2. Productos con mayor volumen de exportación promedio por periodo (participación sobre total importado, en %)

*Hay productos con mayor participación
Fuente: Elaboración propia con datos de Trademap.
Por otro lado, es importante analizar si la inversión estadounidense en República Dominicana ha evolucionado de forma favorable tras la aplicación del tratado. Para ello, nos centraremos en la inversión destinada a las zonas francas en República Dominicana, dado su impacto significativo en las exportaciones del país, las cuales representaron un 61,7% del total en 2023 (Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación, 2023).
Se aprecia que entre 2007-2020 disminuyó el número de empresas de capital estadounidense, aunque esta tendencia empezó a recuperarse en 2021. Sin embargo, en cuanto a participación sobre el total de empresas sigue bajando, al igual que la cantidad de empresas que exportan hacia Estados Unidos (Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación, 2000-2023). Aunque esto se explica, en parte, al gran desarrollo que ha presentado el sector zonas francas y establecimiento de más empresas de distinta procedencia en República Dominicana. Aun así, la inversión acumulada en este sector por parte de empresas estadounidenses ha seguido creciendo, pasando de 300 millones de dólares en 1997 a 2.458 millones en 2023 (Gráfico 2).
Gráfico 2. Cantidad de empresas de zonas francas de capital estadounidense

Fuente: Elaboración propia con datos del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación de la República Dominicana.
Por otro lado, en 2022, el 72% del valor de las exportaciones de zonas francas tuvo como destino Estados Unidos, demostrando la importancia del comercio bilateral en este sentido y contribuyendo a la diversificación de la matriz de exportación (Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación, 2000-2023). Sobre este último aspecto, resulta relevante mencionar que las empresas estadounidenses han impulsado sectores como el de productos médicos y farmacéuticos, mencionado anteriormente por su crecimiento, sobre el cual tienen una participación del 62,5% del total de empresas en zonas francas en 2023. Asimismo, han impulsado sectores de mayor valor agregado, como la manufactura textil y la producción de dispositivos eléctricos y electrónicos.
¿Ganancias o pérdidas? Reflexiones sobre el impacto del DR-CAFTA en República Dominicana.
A partir de los datos analizados, la valoración de la evolución del comercio entre República Dominicana y Estados Unidos resulta compleja. Si bien el tratado ha logrado aumentar el flujo comercial entre ambos países, los beneficios netos muestran resultados mixtos. En parte, las importaciones han crecido mucho más rápido que las exportaciones, lo que ha generado un déficit comercial persiste para la República Dominicana desde la implementación del acuerdo, aunque este se ha estabilizado con relación al PIB dominicano, sugiriendo una adaptación progresiva del mercado dominicana al marco comercial. Por otro lado, aunque las exportaciones no han aumentado tanto como las importaciones, el tratado ha impulsado la diversificación de la matriz de productos exportados con productos de mayor valor agregado y ha fortalecido el comercio a través de las zonas francas, consolidándose como un motor económico clave.
Ciertamente, el DR-CAFTA ha fortalecido la integración de República Dominicana al mercado estadounidense, aunque persiste un déficit comercial que resalta la necesidad de mejorar la competitividad de los productos dominicanos. Esta prioridad cobra aún más relevancia ante la incertidumbre generada por la política proteccionista del presidente Donald Trump y su propuesta de ¨Plan Justo y Recíproco¨, que busca reformar los aranceles, establecer barreras no arancelarias y renegociar acuerdos considerados desfavorables para EE. UU. (The White House, 2025). Si bien el DR-CAFTA debería garantizar la estabilidad de las condiciones comerciales, existe el riesgo de que cambios en la política estadounidense afecten el acceso al mercado. No obstante, República Dominicana no es un actor clave en el déficit comercial que EE. UU. pretende corregir, lo que reduce la probabilidad de enfrentar restricciones directas (Despradel, como se citó en Gavilán, 2025). Paradójicamente, estas mismas medidas proteccionistas podrían generar oportunidades indirectas beneficiosas si se reducen las importaciones estadounidenses desde otros países, permitiendo a la República Dominicana posicionarse mejor en ciertos sectores como proveedor alternativo. En este contexto, reforzar la competitividad y diversificación de las exportaciones no solo es clave para mitigar riesgos, sino también para aprovechar las posibles ventanas de oportunidad que se generen en el entorno comercial.

